Hable ahora o calle para siempre', las palabras dichas por los curas al final de las ceremonias de bodas en todo el mundo, justo antes de los votos. Es la última oportunidad para protestar, un momento que hace hace que el corazón de todo el mundo corra, y un momento por el que siempre he estado raramente fascinada. Muchos fantasean con entrar en una iglesia, decir lo que habían guardado durante años como en las películas. En la vida real, rara vez ocurre.
La vida real es una cosa divertida, ya sabéis. En la vida real, decir lo correcto en el momento oportuno es más que crucial. Tan importante, de hecho, que la mayoría de nosotros empezamos a dudar, por miedo a decir algo equivocado en el momento equivocado. Pero últimamento lo que he empezado a temer más que eso es dejar que el momento pase sin decir nada.
Creo que la mayoría de nosotros tenemos miedo de llegar al final de nuestra vida, y mirar hacia atrás lamentando los momentos en que no dijimos nada. Cuando no dijimos 'Te quiero'. Cuando debíamos decir 'Lo siento'. Cuando no estábamos con nosotros o con alguien que necesitaba ayuda.
El chico hermoso cuyo corazón rompí en Diciembre. Para mi primer amor que nunca pensé que fuera mi primera ruptura. Para mi banda. Para el hombre mezquino del que solía tener miedo. Para alguien que hizo que mi mundo fuera más oscuro por un tiempo. Para la chica que me robó algo. Para alguien a quien perdoné por lo que dijo delante de todo el mundo.
Las palabras pueden romper a alguien en un millón de piezas, pero también las pueden volver a ponerlas juntas. Espero que uséis las vuestras para bien, porque las únicas palabras de las que os arrepentiréis más que las que no se dijeron son las que usastéis intencionadamente para herir a alguien.
Lo que digáis quizás sea demasiado para algunas personas. Quizás vaya a salir todo mal y tartamudéis y os marchéis avergonzados, haciendo una mueca mientras lo recomponéis todo en vuestra cabeza. Pero creo que las palabras que paráis en decir son las que os perseguirán más tiempo.
Así que decírselas. O decíroslas a vosotros mismos en el espejo. Decirlas en una letras que nunca enviaréis o en un libro que podría ser leído por millones de personas algún día. Creo que os merecéis mirar hacia atrás en vuestra vida sin un coro de voces rotundo diciendo 'Podría haberlo hecho, pero es demasiado tarde ahora'.
Hay tiempo para el silencio. Hay un tiempo esperando vuestro turno. Pero si sabéis cómo os sentís, y sabéis cláramente qué necesitáis decir, lo sabréis.
No creo que debas esperar. Creo que debes hablar ahora.
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